| Ahora
                                    que la literatura utópica contemporánea
                                    ha adquirido carta de ciudadanía,
                                    después de muchas décadas,
                                    dentro de la historia de la literatura europea,
                                    hubo que esperar hasta abril del 2006
                                    para asistir al primer simposio sobre el
                                    tema “Literatura árabe y ciencia-ficción”.  En
                                    la Facultad de Letras y Ciencias Humanas
                                    de Casablanca, Marruecos, se debatieron los
                                    siguientes puntos: ¿existe dentro
                                    del mundo árabe algún interés
                                    por la CF? ¿Por qué los escritores árabes
                                    no muestran  entusiasmo por la CF? ¿Cuáles
                                    son  las razones que explican la falta
                                    de difusión de este género
                                  literario, incluso dentro de la esfera universitaria?  Un
                                      libro es un jardín que llevas en
                                  tu bolsillo Proverbio árabe
  Bajo
                                    la dirección del profesor de literatura árabe
                                    Idriss Qassouri, los participantes relevaron
                                    aquellas novelas de autores árabe-parlantes
                                    que abordan el tema del futuro. Después
                                    de haber analizado la situación actual,
                                    se lamentó que la crítica literaria
                                    tampoco se preocupe demasiado por ese género.
                                    Es ciertamente difícil presentar un
                                    análisis bien argumentado, pues hay “demasiadas
                                  teorías occidentales y muy poco material árabe.”  Hasta
                                el momento, la óptica con la cual
                                se aborda el género es, sobre todo,
                                la siguiente: en 1987, después de
                                un amplio simposio sobre la literatura infantil
                                en los países del Golfo, la CF fue,
                                por cierto, calificada como  “fundamentalmente
                                atractiva”, pero añadiendo que
                                sería preferible que los libros y
                                series televisivas se desarrollasen en un
                                universo familiar a los niños árabes,
                                situándose dentro de la tradición
                                cultural árabe, y asegurándose
                                de satisfacer los principios religiosos islámicos.  La
                                moción fue: “Liberar la
                                  imaginación infantil, sí, pero
                                dentro de los límites   establecidos.”  No
                                    fue sino hasta mediados del año 2005
                                    que Sifat  Salameh, una especialista
                                    egipcia en CF radicada en Estados Unidos,
                                    pudo criticar los sistemas educativos árabes,
                                    a los que reprocha no impulsar suficientemente
                                    la creatividad y la imaginación. Ella
                                    exige la integración de la CF a  los
                                    curriculums normales de las escuelas y universidades
                                del mundo árabe. 
                                En
                                    su artículo, aparecido en el diario árabe
                                    londinense al-Sharq al-Awsat, ella cita también
                              a Ahmed Zewail, Premio Nobel de origen  egipcio:“El
                                  interés de la ciencia ficción
                                  como género literario reside en
                                  su capacidad de estimular y fortalecer
                                  la imaginación creadora del lector.
                                  Es propiamente indispensable para desarrollar
                                  la capacidad inventiva y descubrir precozmente
                                  a creadores y personas excepcionales, que
                                  den a nuestro mundo árabe una generación
                                  de científicos poseedores del placer
                                  del descubrimiento.”                                 
                                Durante
                                    la Primera Conferencia Internacional, consagrada
                                    a la  “Cyber-Ley”, organizada
                                    en El Cairo en agosto del 2005 por la Liga Árabe,
                                    el consejero en Tecnologías de la
                                    Información de la Liga, Zayn Abdelhadi,
                                    realizó  asimismo una exposición
                                    sobre la influencia que ejerce la CF sobre
                                    la legislación del espacio virtual.
                                    Prueba así que la CF triunfa al introducirse
                                    poco a poco en el espacio árabe  por
                                    obra  de nuevas tecnologías – aún
                                    cuando, tal vez por causa de una mala interpretación,
                                    rodee de un cierto halo oriental a la célebre
                                    novela de William Gibson denominándola «Nuevo
                              Romance».“El
                                  verdadero científico, ese que ama
                                  su trabajo, debe saber soñar, pues
                                  si él no puede imaginar su propio
                                  mundo, no hará jamás otra
                                  cosa que lo que ya hicieron sus predecesores,
                                  y no aportará nada nuevo.”                                  Los
                                    problemas del mundo árabe actual frente
                                    a la imaginación y la visión
                                de futuro son,
                                    a decir verdad, sorprendentes, ya que aquí,
                                    tanto como en Europa,  han existido
                                    en forma muy temprana utopías, en
                                    el sentido de “sociedades ideales” -
                                    por ejemplo la del filósofo Abu Nasr
                                    Muhammad Al Farabi, en su obra “Lo
                                    que piensan los habitantes de una ciudad
                                    perfecta”.  Quinientos años
                                    antes que Thomas Moro en su Utopía,
                                    Al Farabi describía una vida de felicidad
                                    y de bienestar, donde el mejor de los Estados
                                    había suprimido todas las malas tendencias
                                    humanas. También podemos citar la
                                    novela “futurista” de Al Qazouini,
                                    compuesta en el año 1250 d JC, que
                                    cuenta la llegada a la tierra de  «Awaj
                                    bin Anfaq», originario de un lejano
                                    planeta.  Pero, a diferencia de lo que
                                    se producía en Europa,  textos
                                    de este género permanecieron como
                                    raras excepciones. Llegados demasiado temprano,
                                  sin duda, no produjeron ningún eco.  Hoy
                                    en día, por el contrario, es de lamentar
                                    la falta de formación científica
                                    de las masas (y los autores), sin dejar de
                                    lado cierto nivel de autocrítica (2).
                                    Pero científicos como Hoyle, Asimov  o
                                    Sagan, capaces de pensar, de escribir y de
                                    desencadenar el entusiasmo por lo que está más
                                    allá de las fronteras de lo conocido
                                    están, por el momento al menos, ausentes
                                    del mundo  árabe. Y no se ha encontrado
                                    una editorial con el coraje de traducir Harry
                                    Potter (lo que no ha presentado, sin
                                    embargo,  ningún problema en
                                otras 62 lenguas).  ¿LAS “NOVELAS
                                  UTÓPICAS” EN ESTADO DE EMERGENCIA? 
                                “Los
                                  sueños pueden ser más subversivos
                                  que las ideologías políticas,
                                  ese es el motivo de que constituyan una
                                  amenaza tan grande para los realistas autoproclamados” 
 Arno
                                    Grün
 Hemos
                                      disertado ya demasiado sobre las razones
                                      por las cuales, en nuestros días,
                                      después de las invasiones mongoles
                                      y su cortejo de devastación, de
                                      cinco siglos de ocupación otomana,
                                      de los combates contra los Cruzados antes
                                      de ella, y contra los poderes coloniales
                                      europeos después, casi ningún árabe
                                      mantiene alguna ilusión: es que
                                      ni las luchas revolucionarias de liberación
                                      nacional, ni la gran utopía pan-árabe,
                                      ni los movimientos con fundamentos religiosos,
                                      ni el estado socialista (incluyendo sus
                                      planes quinquenales, convertidos pronto
                                      en verdaderamente utópicos), han
                                      mantenido sus promesas de traer la prosperidad
                                      a todos.   A cada paso adelante le
                                      siguieron, por lo general, dos - o incluso
                              tres- hacia atrás.  Del
                                      mismo modo, de los 28 ensayos efectuados
                                      hasta hoy para reunir dos o varios de los “Estados árabes” arbitrariamente
                                      creados, ninguno ha tenido éxito.
                                      Todas las visiones palidecieron rápidamente
                                      bajo la sombra de intereses geopolíticos
                              y económicos. Es
                                      bien cierto que las estructuras clánicas
                                      y clientelistas no son, precisamente, el
                                      terreno más fértil para que
                                      maduren las utopías, dado que ellas
                                      obtienen su inmortalidad de mantener firmemente
                                      el  ‘statu quo’.  Solo
                                      aquello que reproduce invariablemente el
                                      conjunto de la tradición es tomado
                                      en cuenta; las ideas nuevas, por el contrario,
                                      difícilmente encuentren un oído
                                    atento.  En
                                    el fondo, todo esto carece de lógica,
                                    pues la imaginación en sí  misma
                                    no presenta problemas ni para los autores árabes
                                ni para su público.  Desde
                                ya, la obra arabizante  de
                                las Mil y Una Noches contiene diversos
                                elementos que, desde un punto de vista científico,
                                son del dominio de la CF (por ejemplo,  la
                                alfombra voladora)(3). Pero dicha percepción
                                es una percepción “occidental”,
                                y no la de un lector árabe, para el
                                cual la técnica contemporánea
                                es algo complejo y extranjero, un contenedor
                                tecnológico que se puede importar
                                y utilizar sin necesidad de interrogarse
                                por el contenido, del que se recela (Ejemplo:
                                el Corán digital) (4). Como
                                botón de muestra, la idea del teléfono
                                celular le sigue siendo totalmente extranjera
                                a un árabe, hasta tanto no utilice
                                uno él mismo.  Y una vez que
                                lo obtiene, se convierte sin transición
                                en una evidencia. ¿No es acaso, la
                              voluntad de Alá? EL
                              PORVENIR ESTÁ EN MANOS DE DIOS                               
                                La
                                    ausencia casi total del elemento “futurista” es
                                    una de las características de conjunto
                                    de la literatura árabe, y también,
                                    sin duda, de la vida cotidiana. Dado que
                                    el porvenir solo pertenece a Dios, es casi
                                    sacrílego querer inmiscuir la propia
                              imaginación dentro de Sus Planes.“Una
                                  novela de base científica, que incorpore
                                  una dimensión imaginaria, no encontrará una
                                  acogida favorable en un entorno donde reinan
                                  las respuestas prefabricadas y se rechaza
                                  la cultura del conocimiento”                                
 Doctor
                                    Omar Abdelaziz
  Si
                                    los europeos se pusieron a practicar la huída
                                    hacia el futuro para escapar al oscurantismo
                                    medieval, los países árabes
                                    están todavía lejos de haber,
                                    siquiera, franqueado la salida.   Por
                                    el momento prefieren mirar hacia un pasado
                                    glorioso, que a posteriori parece
                                    más luminoso y brillante que cualquier
                                    porvenir imaginable dentro de economías
                                    nacionales desesperantes, bajo régimenes
                                    políticos rígidos y la presión
                                    creciente de la globalización.  Este   comportamiento
                                    es comprensible, pues la mayoría de
                                    los ciudadanos árabes experimentan
                                    todo esto de forma continuada, y la realidad
                                    cotidiana prueba sobradamente que la guerra
                                está lejos de concluir.  La única
                                    promesa de salvación que les queda
                                    es la que les ofrecen las religiones. Pero
                                    sus mismos representantes están bien
                                    lejos de proponer a la  gente alternativas
                                    creíbles y proyectos sociales atrayentes.
                                    Por otra parte, tomada en estricto sentido
                                    islámico, “imaginación” significa “potencia
                                    creadora”, y la capacidad de crear
                                solo la pertenece a Dios.  Son,
                                    por lo tanto,  duros tiempos para los
                                escritores de CF árabe parlantes.  ¿LA
                                  CF NO LE INTERESA? Personalmente,
                                    fue a los 14 años  que  comencé a
                                    leer  “novelas utópicas”,
                                    nombre con el que se las conocía entonces.
                                    Gracias al Instituto Goethe de Damasco, tuve
                                    acceso desde los años  60 a las
                                    primeras traducciones publicadas por ediciones
                                    Goldmann. Como frecuentaba, en la misma época,
                                    un establecimiento escolar árabe,
                                    pude provocar con regularidad el entusiasmo
                                    de mis camaradas, resumiéndoles esas
                                    historias de ciencia-ficción. El gusto
                                    de los jóvenes por lo imaginario y
                                    las utopías parece traspasar sin inconvenientes
                                las fronteras culturales.En
                                    los años 80 compuse yo mismo algunos
                                    relatos, que  publiqué en Heyne
                                    bajo el seudónimo de Ghassan Homsi,
                                    (1) pero en mi entorno árabe   el
                                    interés por los futuros posibles parecía
                                    disminuir de manera dramática con
                                    la edad. Casi nadie obtenía ya placer
                                    de ascensores orbitales, nanotecnologías
                                    o de las esferas de Dyson. La maquinaria
                                    social los había atrapado, y el tiempo
                                    se había detenido. Aún hoy,
                                    los artículos o entrevistas a autores
                                    de lengua  árabe no mencionan más
                                    que a Verne y Wells, y solo ocasionalmente
                                surgen los nombres de Orwell, Asimov o Sturgeon.  Los
                                    más jóvenes, al contrario,
                                    conocen las películas y series televisivas
                                    de CF tan bien como lo hacen los del resto
                                    del mundo. En los foros de Internet se constata
                                    rápidamente que no solo Terminator,
                                    la Guerra de las Galaxias, Alien y Matrix han
                                    causado fuerte impresión, sino también 2001, Blade
                                    Runner y El Guardián.  ¿Por
                                    qué estos mismos jóvenes no
                                se interesan en la CF en lengua árabe?  EGIPTO,
                                  A LA VANGUARDIA  Fue
                                    en Egipto que se compusieron, hace más
                                    de 50 años, las primeras obras de
                                    CF árabes de los tiempos modernos.
                                    Otros países árabes les siguieron
                                    el paso unos  25 años más
                                tarde. Pero no tuvieron mayor proyección.  Los
                                    especialistas en literatura computan 35 novelas
                                    de CF aparecidas, hasta ahora, dentro de
                                    este espacio lingüístico.  Lo
                                    que no debe ser del todo exacto, dado que
                                    solo en Egipto se publicaron más de
                                    20 novelas, como ser Los habitantes del
                                    otro mundo, o Fuga en el cosmos,
                                    así como 15 antologías de cuentos
                                    (cito Salven a este planeta, o Cinco
                                    minutos de vida). Asimismo, numerosos
                                    autores árabes han flirteado con la
                                    CF, pero solo un pequeño número
                                    de ellos ha escrito más de una novela
                                    o relato. Por lo demás, raramente
                                exceden las 100 o 150 páginas.  El
                                    dramaturgo y cuentista egipcio Taoufiq Al
                                    Hakim abordó en dos ocasiones, en
                                    el transcurso de su carrera literaria, temas
                                    de CF: en 1953, en la novela breve  El
                                    año un millón, y en 1958
                                    con la obra de teatro “Viaje al
                                futuro”.  Youssef
                                    Izzeedeen Issa escribió varias piezas
                                    radiofónicas de CF, que fueron difundidas
                                    por la radio egipcia a partir de 1957. Muy
                                    a menudo, se designa la novela La araña,
                                    de Mustafa Mahmoud (1964), como la primera
                                    novela “verdadera” de
                                    CF; el mismo autor publicó más
                                    tarde, en 1967, Un hombre bajo cero.
                                    Las antologías poéticas Viajes
                                    y medallas, y Rupturas, de
                                    Ahmed Suouailam contienen numerosos elementos
                                típicos de la CF.  La
                                    primera novela publicada por una mujer fue El
                                crimen de un mundo, de Omayma Khafaji.  Los
                                    autores Nihad Sharif y Muhammad Al Achri
                                    fueron aún más prolíficos.
                                    Nacido en 1932, Nihad Sharif es considerado
                                    el representante de una CF árabe disciplinada,
                                    que se permite pocos desbordes. Diplomado
                                    en historia, comenzó a escribir en
                                    1949 y sus textos fueron publicados en la
                                mayor parte de las revistas y  diarios árabes.  Su
                                    primera novela, Los vencedores del tiempo,  fue
                                    seguida por otras seis, así como por
                                    ocho colecciones de relatos, y dos obras
                                    de teatro. Su primera obra trata de la criogenización
                                    o congelación de seres humanos: en
                                    su instituto de Hélouan un médico
                                    descubre un método que funciona, y
                                    secuestra, con la complicidad de su asistente,
                                    a varios científicos de diferentes
                                    nacionalidades, con el propósito de
                                    criogenizarlos para explotarlos luego. Este
                                    plan diabólico es descubierto por
                                    un joven periodista. Esta breve novela fue
                                    filmada poco después, con Nour Al
                                Sharif (Mohammed Jaber) en el rol principal.  Habitantes
                                    de otro mundo reúne
                                      muchos elementos característicos
                                    de las utopías.  Unos
                                    científicos desarrollan exitosamente,
                                    en una base submarina, importantes tecnologías.
                                    Pensando en el bien de la humanidad, procuran
                                    obligar a los Estados del mundo entero a
                                    concertar  una paz durable y a destruir
                                    todas las armas, en particular las atómicas.
                                    Pero los submarinos de los sabios son bombardeados
                                    por  aviones no identificados. Solamente
                                    un científico sobrevive y logra refugiarse
                                    en su base secreta, desde donde recomenzará su
                                lucha.  Muhammad
                                    Al Achri (6) ha publicado hasta el presente
                                    cuatro novelas: Las jóvenes hijas
                                    de los soñadores de mitos, El
                                    manantial de oro, Las manzanas del
                                    desierto y, finalmente,  El
                                    halo luminoso. Próximas a editarse: Un
                                    aroma de días olvidados y El
                                jardín de las almas.  Nacido
                                    en El Cairo, este joven geólogo (38
                                    años) especialista en petróleo,
                                    que también posee un diploma de traductor,
                                    ha recibido ya varios premios. De niño,
                                    leyó acerca de las bombas de Hiroshima
                                    y Nagasaki, y se propuso tempranamente construir
                                    una “anti-bomba”, que  aspiraría
                                y comprimiría las radiaciones.  Cómo
                                    reparar y limitar sus estragos, esos serán
                                    los temas fundamentales de sus obras posteriores,   inspiradas
                                    a menudo por la vida en los campamentos del
                                    desierto. Y la solución, es siempre
                                    el amor - en total conformidad con el romanticismo
                                    oriental. Es lo que surge de su blog en árabe
                                    (17), en el cual coloca también comentarios
                                    sobre la situación de la CF árabe
                                en general: 
                                “La
                                  poca difusión de la CF en el espacio  literario árabe
                                  se explica por nuestro retraso científico
                                  en lo cotidiano. (…) La mayoría
                                  de los nuevos términos tecnológicos
                                  nos parecen, bajo su forma árabe,
                                  poco familiares y complicados, y por consiguiente,
                                  no solemos utilizarlos” 
 Muhammad
                                  Al Achri
 En
                                    Al Achri, descubrimos nuevas ideas y “auténticos” elementos
                                    de CF. En El halo luminoso, el autor
                                    se interesa en energías alternativas.
                                    Como la arena del desierto está frecuentemente
                                    recubierta por una ínfima película
                                    de  óxido ferroso, elemento conductor
                                    de la electricidad, los granos de arena producen,
                                    por frotamiento entre ellos, una carga eléctrica.
                                    Esto permite construir una máquina
                                    en la que la arena se electrifica bajo la
                                    acción de corrientes caóticas
                                    de aire, y la electricidad generada de este
                                    modo es de inmediato recuperada y utilizada.
                                    Esta   idea de emplear la arena de los
                                    desiertos para producir electricidad puede
                                    ser considerada anticipatoria, pues el autor
                                    ignoraba en esa época por completo
                                    que dicho método, poco tiempo después,
                                    no tendría nada de “ficción
                                    científica” dado que en Europa
                              se habla de utilizar industrialmente el silano.  Y es justamente en Egipto que reencontramos
                                    un fantasma de los años 50, una época
                                    en que se ignoraban ampliamente, incluso
                                    en el mundo occidental, las publicaciones ‘baratas’ y
                                    la literatura de kiosco, negándoles
                                    a sus autores cualquier valor literario.
                                    Pues prácticamente nadie osa hablar
                                    de Nabil Farouk, autor y editor de varias
                                    colecciones de policiales y CF, leídas
                                    principalmente por niños y jóvenes,
                                    y que hacen  recordar la colección “Tres
                                    signos de interrogación”, aunque
                                proyectada hacia el cosmos.                                Este
                                    médico egipcio, que desde hace tiempo
                                    no practica su profesión, recibió en
                                    1979 el Premio del Castillo de la Cultura
                                    de Tanta por su relato “La profecía”,
                                    que abrió la serie Cocktail 2000,  y
                                    ganó en 1984 el concurso de la publicación
                                    kuwaiti “Los mundos del libro” con “Los
                                    rayos de la muerte”,  que inició,
                                    a su vez,  la serie Archivo Futuro.
                                    Esta última obra pone en escena a
                                    un intrépido grupo de jóvenes
                                    de ambos sexos, en lucha contra todo un conjunto
                                    criminal, donde entran tanto fabricantes
                                    de armas ilegales como invasores extraterrestres,
                                    ocultos por millones de años debajo
                                    de la superficie terrestre. Utiliza todos
                                    los recursos del género, desde  mundos
                                    paralelos hasta viajes en el tiempo y el
                                    espacio. Inserta también un buen número
                                    de consideraciones filosóficas, como
                                    una especie de “chalecos salvavidas”  destinados
                                    a evitar que las historias naufraguen en
                                    la marea desbordada de la pura acción.
                                    Sea como sea, estas colecciones logran que,
                                    en este momento, Nabil Farouk sea el autor
                                de CF más célebre del mundo árabe.                                      LOS
                                  OTROS PAÍSES ÁRABES                                El
                                    primer título de CF árabe fuera
                                    de Egipto es la novela Elixir de vida,
                                    del marroquí Mohammed Aziz Al Habbabi,
                                    aunque este libro fue el único esfuerzo
                                    de dicho autor en el género. En 1979
                                    apareció en Marruecos una segunda
                                    novela, La marea azul, de Mohammed
                              Abdessalam Al Baqqali.                                   En
                                    Irak las primeras obras de CF fueron publicadas
                                    hacia mediados de los años 80. Se
                                    trataba de la novela La mancha verde,
                                    de Kassem al-Khattat, en 1984,  y
                                    de las antologías de relatos Pulsaciones
                                    de vida, de Muouaffaq Uays Mahmoud,
                                    y El planeta verde, de Ali Karim
                                    Kathem (ambas de 1987). En 1992 la novela El
                                    hombre múltiple, de la kuwaití Tiba
                                    Ahmad Al Ibrahim, seguida por otro par de
                                    obras, marca, junto a las de la egipcia Omayma
                                  Khafaji, el debut  femenino en la CF  árabe.                                Durante
                                    los años 90, el número de autores
                                    dedicados al género aumentó;
                                    podemos citar a  Kassem Kassem en el
                                    Líbano; a Mustafa Al Kailani en Túnez,
                                    a Abdallah Khalifa en Bahreïn y a Mussah
                                    Ould Ibno en Mauritania. La escritora siria
                                    Lina Kailani ha compuesto 40 textos, mientras
                                    el jordano Sulaiman Mohammed Al Khalil  se
                                    ocupa de la clonación con un
                                    humor negro que, desgraciadamente,   resulta
                                    muy raro encontrar en la literatura árabe.
                                    Las antologías de relatos Cazadores
                                    de espíritus (1997) y Nostalgia
                                    de las estrellas (2000), de Ashraf Faqih,
                                    se pueden encontrar en las librerías
                                de Arabia saudita.                                   El
                                    sirio Talab Omran, nacido en 1948, merece
                                    una mención especial. Considerado
                                    también como uno de los pioneros de
                                    la CF árabe, en agosto del 2005 su
                                    bibliografía comprendía ya
                                    45 novelas y antologías de relatos.
                                    Omran es doctor en  Astronomía
                                    y ha sido, por más de 14 años,
                                    el conductor de un programa científico
                                    en la televisión siria. En este momento
                                    dirige el departamento de Matemáticas
                                    e Informática en la Facultad de Ciencias
                                  de la Educación de Al Rastan.                                Su
                                    primera obra, El planeta de los sueños (1978),  fue
                                    seguida por numerosas novelas. Cito: Viajeros
                                    más allá del sol (1979), Sobre
                                    la luna no hay pobres (reeditada en
                                    1983, 1997 y 1999), y también Fuente
                                    de sombras (1995). La novela Misterios de
                                    la ciudad de la sabiduría, fechada
                                    en 1985, ha sido traducida al inglés
                                    en 1992 y publicada en India. Sus novelas
                                    y relatos fueron enseguida publicados en
                                    tres ocasiones, a partir de 1997, por la
                                    editorial de orientación islámica
                                    Dar Al Fiqr de Damasco. La mayoría
                                    suma entre 100 y 150 páginas y cuesta
                                    de 2 a 4 u$s. Las estadísticas dan
                                    testimonio del creciente interés por
                                    la CF: el editor publicó solo 4 libros
                                    en 1997, suma que trepó a los 8 en
                                1999, y ya llega a 12 en el 2004.                               Omran
                                    reniega contra los que estropean el género
                                    al imaginar escenarios ilógicos o
                                    anti-científicos. Que hagan aterrizar
                                    sobre Júpiter (¡un planeta gaseoso!),
                                    o sobre los anillos de Saturno, “una
                                    nave espacial árabe  »,  o
                                    volar hasta la Luna un ascensor (que, previamente,
                                    ha atravesado el techo de un edificio de
                                    varios pisos), o que hagan andar a un niño
                                    por el aire dentro de una pompa de jabón,
                                    son cosas que lo sacan, puntualmente, de
                                    las casillas. Todo eso entra, más
                                    bien, en la onda de las Mil y Una Noches.
                                    Pues allí sí todo está permitido,
                                    la fantasía no tiene límites
                                ni el relato un final.
                                     CONCLUSION Hasta
                                    el presente, no ha habido más que
                                    un número escaso de escritores de
                                    CF seria, o  de “verdaderos” autores
                                    de CF árabes. Tampoco contamos con
                                    un Perry Rhodan árabe parlante para
                                    poder determinar, a la hora de la oración,
                                    la ubicación de la Meca en el hiperespacio.
                                    Los autores todavía son juzgados con
                                    los altos standard de la literatura tradicional,
                                    y resultan acremente criticados cuando se
                                ocupan de asuntos tabú. La
                                    distribución y el marketing son, en
                                    general, ineficientes – incluso dentro
                                    de un mismo país árabe - y
                                    a pesar de la organización de Ferias
                                    del Libro la producción de los vecinos
                                    sigue siendo poco conocida. Solo Internet
                                    permite el intercambio entre jóvenes
                                    autores. La Red salva del naufragio total.
                                    Y poco a poco, hay más interesados
                              en prestar atención.  En
                                    febrero del 2006 el periódico libanés
                                    An-Nahar comunicó su intención
                                    de consagrar una parte de su página “Literatura” a
                                    la CF. Las periodistas Jumana Haddad y Zaynab
                                    Assaf invitaron a los autores a enviarles
                                    sus textos. Pero - ¡oh, frustración!
                                    -  constataron que incluso aquellos
                                    jóvenes autores a los que habían
                                    escrito personalmente no respondieron a la
                                    convocatoria. El análisis que ellas
                                    hicieron es virulentamente crítico,
                                    pues tampoco aceptan los argumentos generalmente
                                    admitidos. ¿Carencia de entorno científico?
                                    Cyrano de Bergerac tampoco contaba con él,
                                    300 años antes de la Apolo. ¿Falta
                                    de imaginación?  Es absolutamente
                                    falso, aún cuando los excesos de imaginación árabes
                                    tienden, por lo general, a las expansiones
                                    líricas. ¿Ahogados por la lucha
                                    por el pan cotidiano, el sexo, la supervivencia? ¿Acaso
                                    no es cierto que muchas de las mejores obras
                                    de la CF fueron escritas en medio de catástrofes
                                    personales, nacionales o mundiales? En resumen,
                                    las dos periodistas culpan, en primer lugar,
                                al factor lingüístico:
                                
                                Se
                                    pueden entender fácilmente las reticencias
                                    de los editores ante las traducciones, cuando
                                    se ve que CF “Hard” ¡se
                                    traduce como CF “pesada”! Incluso
                                    acompañada con esta explicación: esta
                                    CF es difícil porque utiliza leyes
                                    y teorías científicas extremadamente
                                    precisas, ¡exigiendo del autor un alto
                                    grado de especialización! ¿Qué editor
                                    va entonces a arriesgarse con  Banks,
                                Brin o Vinge?“La
                                  lengua árabe es básicamente ‘hostil’ a
                                  la terminología científica.
                                  La nomenclatura científica no es
                                  armoniosa, ni se acomoda al idioma. La
                                  educación científica se
                                  brinda, por esta causa, en inglés
                                  o francés, y el pensamiento científico
                                  se encuentra desconectado de nuestro idioma.
                                  Traducir (textos científicos) es
                                  difícil, por no decir imposible.”   En
                                    el curso del simposio previamente mencionado
                                    sobre “Literatura  Árabe y Ciencia
                                    Ficción” se decidió,
                                    en todo caso, que era urgente proseguir el
                                    estudio del género dentro de la literatura árabe.
                                    Y tal vez nosotros mismos podamos presentar,
                                    en el Simposio Internacional previsto para
                                    abril del 2008 en Casablanca, algunas nuevas
                                    novelas de CF - algunos nuevos jardines de
                                    la imaginación para llevar en los
                                    bolsillos. ¡Toda la juventud árabe
                                nos quedará  agradecida!  Una
                                    perlita para finalizar. El 24 de diciembre
                                    de 2005 la Libyan Bager Jassem Mohammad publicó,
                                    en “Diálogo civilizado”,
                                    sitio independiente de orientación
                                    izquierdista, un relato de CF, “Un
                                mundo sin colores”.  En él,
                                    científicos procuran determinar cuál
                                    es el mejor color para el entorno humano.
                                    Se repintan completamente, por lo tanto,  cinco
                                    ciudades, cada una con un color diferente.
                                    Edificios y vehículos, vestimentas
                                    y artículos de todo tipo, en breve
                                    todo es de un mismo color. El análisis
                                    estadístico de los resultados del
                                    experimento, que concluye catastróficamente,
                                    revela que los daños tuvieron la misma
                                    amplitud en todas las ciudades, pues un mundo
                                de un solo color es un mundo sin color.   El
                                    mundo árabe  ofrece muchos aspectos
                                    que merecerían justificadamente una
                                conclusión semejante.     LINKS 
                                http://www.its.caltech.edu/~femto/biography/index.htmlhttp://www.sup.org/book.cgi?book_id=5530 http://jnaudin.free.fr/lifters/story.htmhttp://www.symbiostec.net/http://www.khammas.de/indexec87.html?mode=rubriken&id=7http://www.arabiancreativity.com/ashry.htm.http://ashrynovels.blogspot.com/http://www.telepolis.de/r4/magazin/lit/21228/1.html 
                                En
                                  Tlaxcala (http://www.tlaxcala.es/pp.asp?reference=1290&lg=fr)
    *
                                    El autor: Achmed
                                      Khammas nació  en Berlín
                                      en 1952, de padre iraquí y madre
                                      alemana. Es ingeniero, novelista, traductor-intérprete,
                                      realizador de videos. Vive en Berlín.
                                      Un resumen en alemán de su última
                                      novela (bajo el seudónimo Ghassan
                                      al-Homsi), fue publicado en octubre del
                                    2005 por TELEPOLIS (“Mohammed Superstar”).  Traducción
                                      del alemán al francés: Michèle
                                      Mialene. Revisada por Fausto Giudice, miembros
                                      de Tlaxcala, traductores por la diversidad
                                    lingüística (www.tlaxcala.es).
                                      Esta traducción está en Copyleft:
                                      reproducción libre, a  condición
                                      de respetar su integridad y mencionar fuentes
                                    y autores.       Traducción
                                      del francés al castellano: Olga
                          Appiani de Linares |